sábado, 22 de noviembre de 2008

Academia de Ciencias de California, una obra que promueve la conservación de la naturaleza [Renzo Piano].


La Academia de las Ciencias de California el pasado 27 de septiembre del presente año inauguró sus nuevas instalaciones en la ciudad San Francisco, un elegante e innovador edificio diseñado por el arquitecto italiano Renzo Piano, que por sus características, la crítica especializada lo considera ya como el museo más ecológico del mundo.

En diversas ocasiones, el arquitecto de origen italiano Renzo Piano, conocido por obras como el Centro Pompidou de París, el Postdamer Platz de Berlín, el Museo Whitney de Arte Americano y el New York times Building, ha manifestado que la arquitectura es un reflejo de la sociedad y de la cultura por lo cual considera que un arquitecto debe experimentar e innovar haciendo uso, con discreción, de las nuevas tecnologías y de las herramientas de su tiempo, pero sin dejar a un lado la historia y la tradición.

Para Piano, la arquitectura es un oficio complejo en el que se sintetizan: la ciencia, el arte, la historia, la antropología, geografía y clima de cada país en donde el arquitecto trabaja. Su más reciente obra, La Academia de las Ciencias de California, ubicada en el Golden Gate Park en los Estados Unidos es un reflejo de ello.

Como muchas de las obras diseñadas por el arquitecto italiano, ésta, se caracteriza por su elegancia, sencillez, lo innovador de sus soluciones arquitectónicas, así como por el uso de la tecnología más reciente y fundamentalmente por el respeto y cuidado de la ecología. La intención de Piano en este proyecto fue levantar un trozo del Golden Gate Park y meter un museo debajo para posteriormente cubrirlo con el paisaje. De esta forma, la Academia de Ciencias –que albergará a 38,000 animales vivos- fue resuelta a partir de una estructura de acero sobre la que descansa un techo ondulado de 10,000 metros cuadrados cubierto totalmente de pasto, plantas y flores propias del lugar, lo que provoca que el edificio de la impresión de haber crecido de manera natural sobre el terreno.

La cubierta ondulada del edificio, que simula las siete colinas de San Francisco, tiene múltiples funciones; entre ellas la aislante térmica, lo que reduce la utilización de aire acondicionado.

La arquitectura de paisaje se realizó en colaboración con la firma SWA Group y el denominado -gurú de las cubiertas verdes- Paul Kephart de Rana Creek living Architecture.

El jardín que descansa sobre la cubierta está estructurado en torno a una red de piedras colocadas sobre una malla metálica que permite que el agua se drene para recolectarla y reutilizarla para las áreas verdes y en algunas áreas ubicadas al interior del museo.

La inclinación de las -pequeñas colinas- hace que el aire circule directamente hacia el patio ubicado al centro del proyecto, esto permite que la temperatura –que por lo general en esta zona es muy cálida- en el interior siempre sea confortable, de esta forma sólo es necesario el uso del aire acondicionado en una pequeña parte del edificio.

Los siete montículos, cuyas curvas además de simular colinas naturales permiten diferenciar desde el exterior los diversos espacios en que contiene el edificio: un centro de investigación, un acuario, un planetario y un aviario, además de las salas del museo, dos restaurantes, un cine de tercera dimensión, una terraza y una tienda.

Una plaza de cristal con paredes transparentes [de doce metros de altura] es la piazza* o vestíbulo general, ubicado entre dos grandes cúpulas. Una de ellas alberga en su interior el planetario y la otra un bosque tropical, en donde se encuentran cientos de pájaros y mariposas que vuelan debajo de la cubierta de vidrio transparente. Dentro de este espacio se encuentra también un enorme esqueleto de ballena que cuelga sobre la sala, donde se pueden ver diversas especies animales amenazadas por el cambio climático. En la parte baja del edificio se encuentra una sala destinada al mundo marino, ahí se encuentra el mayor arrecife de coral –de orígen filipino- construído en cautiverio y un estanque que albergará alrededor de 2,000 especies de peces.

La Academia de Ciencias de California es un edificio -verde- casi en su totalidad y cuenta con soluciones como compuertas y cortinillas –ubicadas muchas de ellas sobre la cubierta- que se abren y cierran según las necesidades del interior por medio de un sofisticado sistema computarizado. Esta solución permite que el edificio siempre tenga una temperatura y humedad óptimas.

Siendo este un edificio -ecológico- [que muchos han catalogado como el más ecológico del mundo, e incluso ha sido propuesto para el premio LEED platino del US Green Building Council] el concepto de reciclaje fue una pieza clave en el diseño y en la selección de materiales, por ejemplo, como aislante térmico para los muros se utilizaron pantalones viejos de mezclilla. Otro ejemplo es que por lo menos el 90 % de los espacios al interior del museo cuentan con luz natural, lo que reduce enormemente el gasto de energía electríca. Además, el museo cuenta 60,000 células fotovoltaicas, con las que el edificio generará un 15% de la energía eléctrica que consume.

Se calcula que el edificio que alberga el museo logrará disminuir los costos por consumo de energía en un 20 a 30%. Este ahorro se debe en gran parte a los vidrios alemanes utilizados en las fachadas que permiten calentar o enfriar el ambiente dependiendo de la época del año.

Esta tecnología fue desarrollada por la empresa Gartner en la ciudad de Gundelfingen en el Estado federado de Baden-Wurtemberg, al sudoeste de Alemania.

Durante la ceremonia de apertura, realizada el 27 de septiembre del presente año, Renzo Piano manifestó que -Este museo es un regalo a nuestros hijos y a las próximas generaciones, y es una herramienta para que la siguiente generación se enfrente al problema de que la Tierra necesita ayuda-.

En esta misma ceremonia, Greg Farrington, director ejecutivo de la Academia de Ciencias de California mencionó que esta Institución -está centrada en la vida, la ciencia y la evolución-, conceptos que de forma muy acertada se reflejan en la estructura diseñada por Piano, cuya obra sin duda– como también mencionó Farrington -es un ejemplo de que la evolución de las especies logra a veces enormes aciertos-.

Como muchos otros de los proyectos de Renzo Piano, éste, privilegia de manera importante a la comunidad, pues es una obra que promueve el respeto a la vida de los seres que habitan en el planeta. Sin duda este edificio, por su solución arquitectónica pasará a formar parte de las grandes obras del siglo XXI.

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