domingo, 27 de enero de 2008

Casa Sumergida de Giancarlo Zema

El diseño corre a cargo de Giancarlo Zema y cuesta nada menos que2.5 millones de dólares. La estructura está hecha de plástico reforzadocon fibra de vidrio, además de materiales acrílicos para la bóvedainferior. En total, mide 10 metros de alto por 15 de diámetro, y estácompuesta por cinco plantas distintas.

No son casas de cine, pero casi. La excentricidad de estos hogareslujosos y futuristas radica en que se esconden, parcial o totalmente,debajo de la superficie, ya sea la del mar, caso del Jelly-Fish 45, ola de la propia tierra, como sucede con los silos de misilesreconvertidos de Missile Bases.

Dudamos que el Gobierno vaya a subvencionar el alquiler de estas viviendas.

Jellyfish significa -medusa- en inglés. De ahí el nombre y la formade esta vivienda anfibia, que recuerda mucho a algunos hotelessubacuáticos. En total, mide 10 metros de alto por 15 de diámetro, yestá compuesta por cinco plantas distintas, conectadas por una escaleracentral con forma de espiral. Por encima del nivel del agua [de arribaa abajo] nos encontramos con un estudio, un dormitorio, una planta concocina y baños y la zona de invitados, con su propio cuarto de baño. Enúltimo lugar, y con el suelo a tres metros por debajo del agua, unobservatorio con vistas al mar, desde el que podemos sacarle la lenguaal primer tiburón que pase.

La estructura está hecha de plástico reforzado con fibra de vidrio,además de materiales acrílicos para la bóveda inferior. El diseño correa cargo de Giancarlo Zema y cuesta nada menos que 2.5 millones dedólares [aproximadamente 1.76 millones de euros]. No está al alcance decualquiera, pero bueno, si se paga entre seis personas, que es lacapacidad de la casa, sale a menos de 300,000 euros por persona.

Vivir bajo tierra es un poco más económico, ya que las casas máslujosas de Missile Bases cuestan 1.5 millones de dólares [poco más de 1millón de euros]. El problema es que hay que trasladarse a EstadosUnidos para vivir en una de ellas, ya que están dentro de silos demisiles y refugios nucleares construidos allí durante la Guerra Fría.

Si en muchos países, con Estados Unidos a la cabeza, ahorranespacio construyendo rascacielos, ¿por qué no hacer lo mismo peroganando terreno por debajo? Esa es la filosofía. Sólo hay queacondicionar los refugios y los túneles. Lo malo es que las vistasserían un poco deprimentes, si las hay. Pero cuando uno quiereencerrarse durante un tiempo por motivos de estudio o trabajo, no haymejor solución.

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