jueves, 18 de septiembre de 2008

Ciudades marinas, una respuesta al calentamiento global [Jean-Philippe Zoppini, Vincent Callebaut, Giancarlo Zema].


El calentamiento global y calamidades como un tsunami y la contaminación que sufre el planeta conforman, a esta altura de la historia, situaciones reales y concretas, cuya proyección en el tiempo anima a muchos a imaginar alternativas de vida que se adecuen de buena manera a situaciones límites completamente inéditas.
Entre los estudios y propuestas que van teniendo desarrollo por estos días, se incluye la aparición de decenas de proyectos relacionados con las ciudades marítimas.

Las propuestas, con sus diferentes matices, se centran en la construcción de centros urbanos de determinada escala capaces de funcionar en el océano, aceptando que, según lo indican muchos estudios científicos, los futuros deshielos a generarse en la Antártida y Groenlandia aumentarán considerablemente el nivel de los océanos, lo cual derivará en la desaparición de varias ciudades costeras.

Las ciudades marítimas tienen, acaso, su antecedente más antiguo en -aquella urbe mitológica mencionada por el filósofo griego Platón, la famosa Atlántida; en rigor, una isla sobre la cual existen varias teorías respecto de su ubicación y magnitud, y a cuyos habitantes, los atlantes, castigaron los dioses por su soberbia, mediante un terremoto que la llevó a las profundidades del océano-.

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